MANDALAS

La palabra literal Mandala significa círculo, y los mandalas circulares son también una de las formas más comúnmente disponibles de mandalas. Los círculos tienen un significado muy poderoso en innumerables religiones y tradiciones, principalmente el hinduismo y el budismo. Vimos por primera vez su aparición en regiones a través del Himalaya y la India, donde la gente utilizaba la expresión artística de los mandalas para formar relaciones simbólicas entre el universo y el espíritu.

Las antiguas escrituras hindúes representan los mandalas como un período de creatividad, de existencia poderosa y un símbolo de una conexión más profunda con el yo y el universo en general. En la actualidad, los mandalas se han convertido en un símbolo popular de la meditación, que ayuda a mejorar el enfoque, silenciar los pensamientos mientras meditas, combatir el estrés y la ansiedad, apreciar la belleza de la naturaleza y formar una mayor conexión con uno mismo.

La mayoría de los patrones y diseños de mandala que han alcanzado popularidad en el mundo moderno se remontan a las culturas budistas tibetanas, donde el significado espiritual representa la pureza y lo sagrado de la existencia, como lo destaca el Buda. Estos mandalas se pueden describir como pinturas altamente complejas con detalles cautivadores vibrantemente ricos que representan las tradiciones cosmológicas de los hindúes y budistas.

En el hinduismo, los mandalas son una herramienta para ver el universo espiritual y representar el ciclo de ocurrencia, reaparición y existencia. Muchos de estos diseños son simbólicos de deidades hindúes, como Ganesha, Saraswati y otros.

Carl Jung, un popular psicoanalista suizo, fue el primero en introducir mandala a pensadores y eruditos occidentales después de quedar fascinado por los poderes terapéuticos. Creía que los mandalas eran simbólicos del yo psicológico y espiritual, y conducen a una mayor conciencia de la vida y del espíritu..

Expresado sencillamente, un Mandala es una figura sagrada que representa el universo. Cuando se completa, un Mandala se convierte en un área sagrada que sirve como receptáculo de deidades. Entrando mentalmente a un Mandala y acezando su centro, una persona es guiada simbólicamente a través del cosmos hacia la esencia de la realidad. Al construir un Mandala, un monje participa por medio de un ritual en las enseñanzas de Buda.

El proceso de construcción de un Mandala es un ritual sagrado. Es meditativo, y puede tomar días o incluso semanas en completarse.

Antes de que un monje participe en la construcción de un Mandala, debe seguir un periodo de estudio artístico y filosófico.

Los Mandalas son construidos desde el centro hacia afuera, comenzando con un punto en el centro. Cuando se coloca el centro, el Mandala es consagrado a un Dios particular.

El centro es un símbolo. Significa “semilla”, “esperma”, “gota”, es el punto de partida. Es la reunión central en que las energías exteriores son dibujadas, y en el acto de dibujar las fuerzas, las propias del devoto se despliegan y también son dibujadas. Así representa los espacios exteriores e interiores. Su propósito es de quitar la dicotomía objeto-sujeto.

En la creación, una linea se materializa fuera del punto. Otras líneas son dibujadas hasta que se juntan, creando modelos geométricos triangulares. El cuadrado aislado simboliza el mundo físico moviéndose en cuatro direcciones, representadas por las cuatro puertas.

Los Mandalas son vistos como lugares sagrados que recuerdan la presencia de las santidad en el universo y su potencial. En el contexto del Budismo, el propósito del Mandala es poner final al sufrimiento humando, alcanzar la iluminación, y alcanzar una visión correcta de la realidad.

Significa descubrir la divinidad por medio de la realización que reside dentro de cada Ser humano.

Namaste.🧘‍♀️