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martes, 9 de febrero de 2021

Para reflexionar... Como hacer que el tiempo cure

 

Para reflexionar...
Como hacer que el tiempo cure

Como todo el mundo sabe la experiencia del tiempo puede ser tan estresante que equivale a una enfermedad. Pero hay otro lado que es mucho más positivo: aprovechar el tiempo para sanar.
Esta sanación implica tanto la mente como el cuerpo. Biológicamente el momento más curativo es el sueño que renueva la mente y el cuerpo. Sin un sueño reparador los relojes del cuerpo se confunden y causan problemas, empezando por la fatiga y el deterioro mental, pero también los imprevistos como el aumento de peso debido al desequilibrio hormonal en el ciclo de hambre-saciedad.
Durante mucho tiempo las propiedades curativas del sueño fueron un misterio médico. Ahora sabemos que durante el sueño el cerebro elimina residuos químicos y productos de desechos en formas específicas. De hecho hay sustancias químicas asociadas con cada fase del sueño durante la noche y el proceso completo de limpieza requiere un total de ocho horas durante las cuales pasamos por todas las etapas del sueño.
El tiempo que pasamos en la meditación se conoce como tiempo hacia adentro y también es un tiempo de sanación. El tiempo hacia adentro tiene el efecto de equilibrar las funciones del cerebro además de factores como la frecuencia cardiaca, la presión arterial y los niveles de estrés. Hace treinta años estas respuestas de sanación eran polémicas, pero cada década nos ha dado evidencia de que la meditación es posiblemente el tiempo de sanación más poderoso después del sueño.
Todos los días es importante que tengamos tiempo de inactividad, tiempo de silencio y tiempo de juego. Los dos primeros te permiten centrarte en ti mismo y poner en orden tus pensamientos. Dejas de hacer lo que estás haciendo, en especial en el trabajo, y te quedas en silencio. Respiras profundo unas cuantas veces y a continuación regresas a tu actividad sintiéndote gratamente refrescado. Funciona todavía mejor si das un paseo en la naturaleza.
El tiempo de juego nos da alegría y diversión además de darnos un respiro de las exigencias y deberes.
Aprender a hacer espacio para estos tiempos restauradores abre la puerta a nuestro Yo sanador que tiene sus propias habilidades de curación innata.
En una sociedad en donde las personas viven más tiempo, necesitamos hacer adaptaciones conforme a nuestra edad. Tras jubilarnos podemos sentirnos excluidos, aislados o pensamos que ya no somos útiles ni productivos. Por fortuna estas actividades son menos frecuentes que en generaciones anteriores. La vejez se considera, y con razón, un momento útil benéfico y activo de la vida. Por ende el tiempo de sanación consiste en hacer aquello que te haga sentir realizado y joven.
En el mundo de las tradiciones de sabiduría la finalidad de la longevidad es profundizar el conocimiento de nosotros mismos.
Namasté
Autor desconocido



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