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viernes, 24 de junio de 2022

Cuatro componentes de la emoción

 Meditación guiada

Cuatro componentes de la emoción

Echemos un vistazo más de cerca a estas cuatro partes de la emoción.

A medida que se ve o escucha una acción o un comentario de la pareja, hay una pregunta preconsciente que se hace en la parte posterior del cerebro, en la amígdala, "¿Es esto peligroso?" Si la respuesta es afirmativa, nuestra respuesta automática es protegernos entrando en estado de alerta. Este estado de alerta envía un mensaje al cuerpo y al frente del cerebro: “Estamos entrando en una zona de peligro. ¡Alerta!" A través de una empatía suave y reflexiva, ayudamos a la persona a tomar conciencia de su valoración del sufrimiento.

El cuerpo responde a este mensaje de alerta de peligro, generalmente en el estómago, el pecho o la garganta. Las personas a menudo tienen una sensación de tensión, pesadez o dolor en el área central. Este es el cuerpo que responde a la señal de peligro. La persona debe explorar si tiene alguna reacción física en momentos de angustia en la relación o en cualquier otra situación y en respuesta a esta señal de peligro.

Al mismo tiempo que la evaluación del peligro se extiende al cuerpo, también activa otras partes del cerebro. La corteza prefrontal se apresura a comprender el significado de esta señal. ¿Qué dice esto sobre mi pareja y nuestro vínculo? "¿Lo que acaba de suceder? ¿Está enojado conmigo? ¿Me está dejando? ¿Qué dice esto sobre mí y la relación? ¿Soy una decepción, equivocándome otra vez? ¿Estoy perdiendo su amor, atención, afecto o aceptación? La persona debe explorar y tratar de  interpretar  los movimientos.

Y en respuesta a la señal, nos sentimos impulsados ​​a actuar. El esfuerzo por hacer frente a la señal de peligro suele ser una forma hiperactiva de lucha o huida, respuesta de congelación. En forma de pelea, puede parecer un grito, una crítica u otras expresiones de ira. En forma de vuelo, nos retiramos, intelectualizamos o evitamos. La respuesta de congelación puede parecer un cierre emocional, un aturdimiento, un silencio. Con la meditación podemos comprender y validar el proceso emocional como un esfuerzo automático para lidiar con emociones abrumadoras.

Juntando estas piezas, puede sonar algo así: “Cuando ves a una persona molesta (la señal), sientes que estás entrando en la zona de peligro (parte posterior de la evaluación de peligro del cerebro). Empiezas a sentir una opresión en el pecho (respuesta corporal) y empiezas a preguntarte si alguna vez podrás hacerla feliz (significado). Entras en tu caparazón y tratas de esconderte en ese momento (respuesta de acción)”. A medida que aprendes a organizar tu experiencia, te sientes más seguro contigo mismo. A medida que los diferentes componentes de la emoción se organizan y se validan, la experiencia emocional se expande. A medida que te sientes más comprendido, construyes naturalmente un puente necesario  para acceder a las emociones subyacentes y vulnerables, como la tristeza, el miedo y la vergüenza que se esconden debajo de tu reactividad, y comienzan a ser experimentados, normalizados y aceptados conscientemente por ti.

A través de esa comprensión, sale a la luz una experiencia saludable de emoción. Somos capaces de organizar y expandir el mundo emocional teniendo la oportunidad la oportunidad de experimentarse a sí mismos y en su relación a través de una nueva lente de suaves y tiernos anhelos de conexión.

Aquí les dejo el enlace para realizar esta meditación👇
https://drive.google.com/file/d/16kkCRcimj0KPP2Q870BE9exV75aCsP-n/view?usp=sharing











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