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domingo, 3 de marzo de 2024

8 cualidades de un estudiante de yoga

 8 cualidades de un estudiante de yoga 

Con la creciente popularidad de las celebridades del yoga (especialmente en Instagram y en los festivales de yoga), a menudo me pregunto: "¿Qué se necesita para ser estudiante de yoga?", Independientemente de la cantidad de seguidores que alguien tenga o la cantidad de "me gusta" que obtenga en las redes sociales. , ser estudiante de yoga se reduce a una cosa: estudiar yoga. Para ser estudiante de yoga, hay ocho cualidades para las que debes estar dispuesto y ninguna de ellas requiere que puedas tocarte los dedos de los pies. Después de todo, a veces los yoguis más avanzados nunca abandonan una posición sentada.

1. Curiosidad
La curiosidad es lo que probablemente te llevó al yoga en primer lugar. ¿Qué es esto y puede ayudarme? Desafortunadamente, a medida que nos sentimos cómodos con la práctica, comenzamos a perder algo de esta curiosidad. Es importante mantener viva la curiosidad porque es la curiosidad la que nos impulsa a probar nuevas asanas (posturas de yoga), ir a un tipo diferente de clase de yoga y preguntarle al profesor qué quiso decir cuando hablaba de chakras. La curiosidad es un motivador clave para profundizar y ampliar tu práctica de yoga.

2. Una mirada introspectiva
Cuando vas a tu primera clase de yoga, puede ser difícil acostarte. Cuanto más practiques, más podrás cultivar una mirada introspectiva. Esa es la parte que se preocupa menos por dónde está colocado tu cuerpo y más por lo que sucede debajo de la superficie. Al buscar en tu interior, puedes darle voz a tu maestro interior y conectarte mejor con tus necesidades e instintos.

3. Compasión
Esta es una de las palabras más comunes que se escuchan en un estudio de yoga y por una buena razón. La compasión es una herramienta poderosa para hacer del mundo un lugar mejor y es una de las que la mayoría de los yoguis intentan aprovechar. La compasión tiene muchas aplicaciones diferentes. Por supuesto que queremos tratar a quienes nos rodean (ya sean nuestros amigos y familiares o el extraño en la calle) con compasión y amabilidad, pero también debemos volver la compasión hacia nosotros mismos. Cuando somos amables y compasivos con nosotros mismos, nos damos espacio para crecer, florecer y ser compasivos con los demás.

4. Sentido del humor
Muchos de nosotros tomamos el yoga demasiado en serio, pero aquellos que pueden mantener una sonrisa en el rostro y reírse cuando se caen de Vriksasana (postura del árbol) son los que aprenderán a permanecer en Vriksasana a través de los bamboleos. Cuando no tenemos miedo de parecer tontos, es más probable que corramos riesgos, y asumiendo riesgos es como crecemos. Además, aprendemos mejor cuando nos divertimos, así que si puedes reírte en tu clase de yoga, imagina lo que podrías aprender mientras estás allí.

5. Perseverancia
Tengas sentido del humor o no, te vas a caer. Intentarás hacer un nuevo equilibrio de brazos o una postura especialmente flexible y caerás. Y eso está bien. Por eso el yoga es una práctica. Un buen estudiante de yoga ve el fracaso no como una prueba de que no puede hacer algo, sino como una oportunidad para aprender a hacerlo. Así que practica y luego practica un poco más. Y antes de que te des cuenta te verás así. O quizá no, pero al menos habrás ampliado tus límites.

6. Equilibrio
No tiene nada que ver con poder pararse en una asana con una sola pierna durante varias respiraciones o levantarse sobre la cabeza. El tipo de equilibrio del que hablo es el que impregna todo lo que hacemos. Encontrar el equilibrio en nuestras vidas es similar a encontrar la paz, y es algo en lo que muchos de nosotros estamos tratando activamente de mejorar. Hay un punto medio entre cada extremo (entre trabajo y juego, dar y recibir, demasiado y poco) y cuanto más tratemos de encontrar ese punto medio, más equilibrados creceremos.

7. Una mente abierta
Te presentarán algunas ideas extrañas cuando estés en la estera de yoga. La mentalidad abierta es lo que te permite profundizar en tu práctica de yoga y descubrir cosas que nuestro cerebro lógico quizás no quiera explorar al principio.

8. Una mente que discierne
Poder cantar y considerar otros guías espirituales que pueden funcionar para ti, conceptos que alguna vez fueron igualmente extraños. Tener una mente perspicaz te permite elegir lo que funciona para ti. Ya sea que se trate de decidir qué modificación optar en una asana o si cubrir o no tu casa con cristales, cultivar una mente perspicaz puede ayudarte a tomar la mejor decisión para ti.













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