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viernes, 8 de marzo de 2024

4 formas en que el yoga puede derrotar a tu ego

4 formas en que el yoga puede derrotar a tu ego 

El dolor, la infelicidad, la crítica y la impaciencia son males comunes de un ego fuera de control. Los antiguos yoguis creían que el ego, o Ahamkara, es la fuente principal del sufrimiento. Este término sánscrito se traduce como "creación del yo" y se refiere a la función de la mente que crea nuestro sentido de identidad y de nosotros mismos. Si nuestro ahamkara está sano y equilibrado, podremos satisfacer todas nuestras necesidades para sobrevivir, crecer y alcanzar nuestras metas. Si nuestro ahamkara se distorsiona por patrones de pensamiento negativos y creencias falsas, puede generar sentimientos de separación, dolor y sufrimiento. Afortunadamente, los yoguis han desarrollado y cultivado muchas técnicas diferentes para equilibrar el ego y reducir gran parte de nuestra miseria mental cotidiana.

1. Conócete a ti mismo
El primer paso para superar el ego es verlo y comprenderlo. El yoga nos obliga a mirarnos detenidamente a nosotros mismos. Sentarse en nuestros cojines de meditación o respirar profundamente en nuestros perros boca abajo producirá naturalmente estados de introspección, contemplación y autorreflexión. Combinar técnicas de yoga y meditación con un diario y un estudio filosófico alentará aún más a la mente a notar los patrones infelices y poco saludables del ego. Estudiar psicología moderna también puede resultar útil para comprender y apreciar las funciones positivas de un ego sano.

2. Abraza la quietud. Practica el silencio.
Estar inmerso en un entorno ajetreado, ruidoso y agitado aumentará naturalmente la función de protección de lucha o huida de nuestro Ahamkara. A medida que aumentan los factores estresantes de nuestro entorno, también aumenta nuestra mentalidad de ver a los demás como amenazas a nuestro cuerpo y a nuestro ego. Los antiguos yoguis crearon la idea de una ermita para retirarse del ajetreo y el bullicio de la vida diaria y examinar y dominar nuestros egos. Si bien una ermita de yoga tradicional estaba escondida en lo profundo del bosque o en lo alto de una cueva de montaña, podemos crear un espacio tranquilo dentro de nuestros hogares para abrazar la quietud y contrarrestar las distracciones de la vida moderna. Pasar sólo unos minutos de meditación cada mañana en un espacio limpio, tranquilo y relajante puede reducir el estrés y suavizar nuestra armadura contra el mundo exterior. Pasar un tiempo más prolongado y dedicado a unas vacaciones de yoga o a un retiro de meditación tendrá efectos aún más profundos en el equilibrio de nuestro ego.

3. Aprenda a moverse hacia adentro
El ego nace de mirar hacia afuera y se mantiene vivo gracias a nuestra constante obsesión por todo lo que nos rodea. Para debilitar el ego y encontrar ese sentido de unidad, vuélvete hacia adentro. Practica cerrar los ojos en un flujo de asanas particularmente desafiante. Pídele a tu cuerpo que te hable. La próxima vez que abandones una postura, en lugar de mirar alrededor de la habitación para ver si alguien se dio cuenta, concéntrate en tu cuerpo y tu respiración.

Cuanto menos nos comparamos con todo lo que nos rodea, menos nos preocupamos por lo que hacen los demás y más podemos volvernos hacia adentro y mirar dentro de nosotros mismos.

4. Ve a donde no quieras ir
En algún lugar muy profundo de nuestro ego es consciente de su propia fragilidad. Tiene miedo de la unidad porque cuando sentimos unidad, desafía la noción misma de uno mismo. Por eso, nuestro ego intentará impedirnos cualquier práctica que nos acerque a la unidad.

Así que quédate en la paloma unas cuantas respiraciones más. Añade cinco minutos extra a tu meditación. Cuando tu cerebro se vuelva hiperactivo durante savasana, vuelve a respirar. Cuanto más vayas a lo que tu ego evita, más cerca estarás de derrotarlo.

Tanto la filosofía budista como la yóguica discuten la idea de unidad y la idea de que nuestro ego crea una división entre nosotros y este sentido de unidad. Esta división causa profundo dolor y sufrimiento. El yoga trabaja para erosionar la ilusión de separación y devolvernos a la unidad de la que todos somos parte.






























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