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lunes, 7 de diciembre de 2020

Meditar en silencio

 

Meditar en silencio


Meditar sin ningún sonido de fondo, como música o la voz de alguien recordándote lo que debes hacer, si es posible. Hay algunas pautas básicas que debes seguir:
  • Cerrar los ojos.
  • Elimina cualquier distracción que puedas tener en la habitación.
  • Pon tu mente y energía en ello y no estar concentrado en otro lugar.
En caso de que no hayas meditado antes, toma nota de esto:
La meditación, especialmente cuando no tienes ningún sonido en el que enfocarte, puede ser difícil al principio.
Porque no estás acostumbrado a dejar que tu cerebro y el universo interior reciban toda la atención.
El método del tazón vacío.
Siéntate con las piernas cruzadas, en una posición cómoda, y cierra los ojos. Sonríe...
Visualiza frente a ti un cuenco de madera, lo suficientemente grande como para sostenerlo con ambas manos. Este cuenco de madera marrón oscuro siempre debe estar vacío. No hay nada en él. Las únicas cosas que podrían caer en este tazón son los pensamientos que vienen de tu mente.
Suave y rápido... Coge el tazón y vacíalo.
Mantén el tazón vacío.
Concéntrate en ese tazón vacío.
Siempre debe haber nada en él. Sólo debes imaginar el tazón vacío. Si entra otro pensamiento en el tazón, vacíalo suavemente.
El método de respiración
Respira profundo y lento.
Es posible que lo hayas oído antes: Respira hasta el vientre.
Al probar esto, es posible que sientas resistencia al hacerlo. Pero continúa la respiración profunda. Con el tiempo liberarás las tensiones y te dará un estado más relajado en tu cuerpo.
Cuando meditas con respiración profunda, las cosas se suavizan y calman tu cuerpo y tus nervios.
La mayoría de las personas que entran en una práctica consciente (con la meditación como método) asumen que su cerebro hiperactivo no debe contener pensamientos.
Pero no sucederá.
Puedes suavizar tus pensamientos, destellos de imágenes y pelusa mental. Pero no puedes expulsarlos. Así que es la práctica de la desaceleración lo que hacemos en la meditación.
No les hagas caso a tus pensamientos cuando meditas, sólo déjalos a la deriva, sólo observándolos. Que eso está bien.
Lo que aparece en tu práctica de meditación eres TÚ. No luches contra tu yo interior. Que sea lo que pueda venir.
Tu mente no está acostumbrada a estar en silencio, así que deja que se remueva por un tiempo.
Es como domar a un caballo salvaje. Déjalo salir hasta que acepte y disfrute de la situación.
Cuando hayas terminado de meditar con tu silencio interior y hayas encontrado tu camino sobre cómo meditar en silencio, intenta usar el sonido.


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