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jueves, 5 de noviembre de 2020

Para reflexionar El tiempo: aquí y ahora

Para reflexionar 

El tiempo: aquí y ahora

El valor de sumergirnos en el momento presente es que podemos explorar y disolver todos los condicionamientos del pasado. Nuestro pasado ya no necesita definir quienes somos incluyendo nuestros genes, historia, familia, costumbres y creencias. Encontrar una manera de ser libres puede sentirse como una experiencia que nos aísla porque la sociedad no nos recompensa por tener mayor conciencia de nosotros mismos, a pesar de ello, es natural querer escapar del dolor y el sufrimiento.
Millones de personas buscan alguna forma de tratar de sanar una gran diversidad de problemas y trastornos. Cuando manifiestan el deseo de crear una práctica de meditación muchos de ustedes desean liberarse del estrés o el insomnio, la ansiedad o la depresión persistentes y otras fuentes de sufrimiento.
Las tradiciones de sabiduría del mundo han descubierto que el sufrimiento se deriva del estado de separación que es una concepción mental que imponemos a nuestra experiencia de vida pura. Sanar implica superar la falsa idea de que estamos separados unos de los otros y de los objetos de nuestra experiencia. Al  recuperar nuestra identidad como seres eternos conscientes del presente hallamos libertad y sanación. 
Dolor físico no es lo mismo que sufrimiento. El sufrimiento es la conciencia distorsionada nacida de la autocritica. Cuando te vez a ti mismo como limitado, abrumado por grandes fuerzas, en contradicción con otras personas y enfrascado en una batalla, no estas viendo la realidad verdadera.
El final del sufrimiento llega cuando reivindicamos nuestra verdadera identidad. Una vez que desaparece la autocritica encuentras en el aquí y el ahora la liberación de los problemas externos de tiempo, como los plazos y la enfermedad del tiempo, incluso el envejecimiento y la muerte.
Detrás de la máscara del mundo limitado en el tiempo y los plazos, existe esta inmensa posibilidad: escapar del tiempo y recuperar la eternidad.
El hecho de que existe tal posibilidad es milagroso y ordinario a la vez. El ahora puede desarrollarse ante ti como cualquier otro día lleno de acontecimientos, o, la manera de experimentar el tiempo hoy, puede ser como nunca ha sido: un portal para el ahora eterno.
Al observar el mundo y sus interminables turbulencias notas que existe una profunda sed de paz y sanacion. Ahora sabemos que esta paz y sanación están siempre presentes y disponibles en cada momento de nuestra conciencia.
Imaginar un mundo en paz es imaginar seres humanos que han reivindicado su condición de seres eternos. Los veo a todos como una fuerza de sanación que nace de su percepción del momento presente.

Autor desconocido







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