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martes, 10 de septiembre de 2024

Las emociones y el yoga: Prácticas de respiración

 Las emociones y el yoga

Prácticas de respiración

Ser humano es experimentar una variedad de emociones.

Los animales también tienen sentimientos. Sin embargo, la psique humana es única y nuestro sistema nervioso altamente sensible y receptivo procesa un complejo de emociones humanas que van desde la alegría y el éxtasis hasta la desesperación y la tristeza.

En la tradición del yoga, tiende a haber una tendencia hacia estados de ecuanimidad y alegría (sentimiento de om shanti o paz). Los estudiantes llegan a creer que el verdadero estado del yoga es un amor efusivo y expansivo por todos en todas las situaciones. Esto puede deberse a la descripción que hace el yoga clásico del "cuerpo de la dicha", la capa más interior del cuerpo, llamada anandamaya kosha.

Este interior sutil de la mente y el cuerpo se identifica como sublime y eternamente alegre. En el hatha yoga, acceder a este cuerpo semidivino es, en cierto modo, la cumbre del entrenamiento.
Sin embargo, en la práctica del yoga, tanto dentro como fuera de la esterilla, también es importante poder prestar atención a las emociones difíciles.

Utiliza ejercicios de respiración para cambiar tu estado emocional

Tomarte unos minutos para observar tus patrones de respiración puede empezar a marcar una diferencia en cómo te sientes. Este acto de observar es beneficioso por sí solo, pero hay ciertas prácticas, conocidas como pranayama en yoga, que puedes hacer para lograr cambios más significativos si las usas intencionalmente.

No todas las prácticas de respiración son relajantes, por lo que adaptar la práctica a cómo quieres sentirte es clave. Si te sientes deprimido, un ejercicio de respiración energizante puede levantarte el ánimo y hacerte mover. Por otra parte, si te sientes preocupado o ansioso, puede ser mejor que te quedes con algo que te ayude a regular a la baja tu sistema nervioso simpático y te ponga en un estado de descanso y relajación.

A continuación, se muestran algunas prácticas de respiración específicas que puedes probar, según tu objetivo:

Para relajarte, prueba la respiración de exhalación prolongada. Esto implica tomar una gran bocanada de aire y luego exhalar durante un período de tiempo más largo que la inhalación. Si estás en un estado de lucha o huida (tu sistema nervioso simpático está activado y te sientes “exaltado” o “al límite”), esta forma de respirar puede llevarte a un estado más relajado.

Para comenzar, inspira lentamente durante cuatro segundos y luego exhala lentamente durante seis segundos. Repite esto de cinco a diez veces y nota cómo comienzan a sentirse tu mente y tu cuerpo. Puedes contar más lentamente a medida que comienzas a respirar más profundamente, o puedes exhalar durante ocho segundos en lugar de seis. Observa cómo te sientes en el momento. Tu ritmo cardíaco puede disminuir. Quizás notes menos ansiedad. Quizás te sientas más ligero y tus pensamientos pueden ser más claros. Si estás en un estado de ansiedad y la práctica no te ayuda, puede ser útil moverte un poco para expulsar algo de energía antes de practicar la respiración nuevamente.

Para ayudar a reducir la sobrecarga y aumentar la concentración, prueba la respiración en caja, también llamada respiración cuadrada. Esta práctica puede ser útil si tu mente se siente dispersa y tienes dificultades para concentrarte.

Aquí te explicamos cómo hacerlo: inhala mientras cuentas hasta cuatro, aguanta la respiración mientras cuentas hasta cuatro, exhala mientras cuentas hasta cuatro, aguanta la respiración mientras cuentas hasta cuatro. No importa lo rápido o lento que vayas, cada parte debe tener la misma duración. Repite de cinco a diez veces. Si tienes problemas cardíacos, presión arterial alta o te encuentras en un estado de ansiedad o pánico, deberás prestar especial atención a cómo te sientes y dejar de hacerlo si notas agitación o una frecuencia cardíaca inusualmente alta.

Para sentirte mejor, prueba la respiración Kapalbhati (respiración de fuego). Esta respiración energizante hará que tu corazón bombee y puede preparar tu cuerpo para moverse. Algunas personas la encuentran útil para infundir motivación.

Primero, coloca tu mano sobre tu vientre y mantén la boca cerrada. Deja que el vientre se expanda mientras inhalas profundamente. Luego, contrae el abdomen rápidamente, expulsando el aire con fuerza por las fosas nasales. Pruébalo unas cuantas veces lentamente para obtener la acción y luego acelere hasta un ritmo rápido como el de un tren en movimiento. Comienza con 10 respiraciones rápidas y repite algunas rondas. Este es otro ejercicio de respiración que no se recomienda si tienes problemas cardíacos, de presión arterial o ansiedad; así que presta atención a cómo te sientes y detente si algo no te parece bien en el cuerpo. También puedes notar que te gotea la nariz, así que ten un pañuelo a mano.

Recuerda que los ejercicios de respiración se han demostrado en investigaciones, pero es posible que respondas de manera diferente. Probar diferentes enfoques, sin juzgar, para ver qué funciona para ti es una acción muy yóguica.



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