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martes, 23 de marzo de 2021

Meditación para principiantes Día 4

 Meditación para principiantes

Día 4

Meditar no siempre es fácil, especialmente al inicio, pues requiere disciplina y práctica para su perfección. Por tanto, requiere esfuerzo, pero a la larga sus beneficios para la salud son numerosos.

En el mundo acelerado en el que vivimos, muchas personas encuentran en la meditación una forma de conectar de nuevo con ellos mismos, lejos de la cultura occidental, donde el consumismo y los valores materialistas rigen la vida de la gran mayoría de ciudadanos. La meditación es una manera de recuperar la esencia de uno mismo y lograr la paz interior.

Día 4

Como pudiste comprobar ayer, observando el tráfico de nubes en el cielo, es muy tentador reaccionar a alguna de ellas.
Si ves una nube que te gusta, tal vez tengas el impulso de apegarte a ella, de disfrutarla.
Sin embargo, si ves una nube -o un pensamiento- feo o desagradable, querrás luchar contra ella o huir.
Este es un comportamiento totalmente normal, y a medida que te familiarices más con la práctica de la meditación, te resultará más fácil observar los pensamientos sin juzgarlos o reaccionar a ellos, y volver de nuevo a la respiración. Y así una y otra vez.
Teniendo esto en cuenta, siéntate y relájate. Y haz una respiración bien profunda. Inspirando y espirando por la nariz.

Te vas relajando, y cuando estés listo, cierra los ojos lentamente.

Dándote cuenta del espacio y los sonidos a tu alrededor, el peso de tu cuerpo con el suelo, notando la sensación general del cuerpo, de pesadez o de ligereza, tal vez hay alguna zona del cuerpo que puedas notar más fácilmente.

Puede que notes molestia, dolor, hormigueo…y al mismo tiempo toma consciencia de la respiración, del movimiento del aire entrando y saliendo. Observando como el cuerpo respira.

Observando con curiosidad como es la respiración, y en que parte del cuerpo la puedes reconocer con mayor facilidad

Y recuerda, en el momento que aparezca un pensamiento, vuelve de nuevo la atención a la respiración. Suavemente, con amabilidad. Y sigue observando la sensación de la respiración en el cuerpo

Ahora puedes volver la atención a la sensación de contacto, de peso, con el cuerpo. Los sonidos y el espacio a tu alrededor. Y puedes abrir los ojos lentamente.

Dedica unos segundos a observar cómo se siente el cuerpo, como estas después de haber parado, de haber descansado unos minutos.

Permíteme que te haga una pregunta: ¿Has intentado controlar en tráfico de nubes? ¿Has intentado limitar el número de pensamientos que sobrevolaban tu cabeza?

Recuerda, no hay nada de malo en tener pensamientos. Lo que intentamos con estos ejercicios, es observarlos, darnos cuenta de que existen.

De este modo vamos comprendiendo mejor el funcionamiento de nuestra mente.

Y la atención en la respiración es nuestro gran aliado.

Tener un solo foco o objeto de atención, en este caso la respiración, nos ayuda a darnos cuenta del momento en que nos apartamos del camino, en que nos despistamos.

Bien, espero verte mañana en la sesión 5. Que tengas un feliz día.


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