Los mejores consejos para mejorar tu equilibrio en el yoga
Las posturas de equilibrio son posiblemente la categoría más desafiante y frustrante del yoga. Incluso los yoguis más avanzados pueden temblar y tambalearse al estar de pie sobre una pierna, especialmente si están cansados, distraídos, agitados o demasiado tensos. El equilibrio comienza de adentro hacia afuera y la capacidad de mantenerse firme depende de diversos factores, ya sea en la postura del árbol (Vrikshasana), la postura del barco (Navasana), la postura del águila (Garudasana) o muchas otras. Para quienes tienen dificultades para mantener el equilibrio, hemos encontrado ocho consejos sencillos pero efectivos para ayudarte a cultivar la quietud interna y externa, sin importar la postura que estés practicando.
8 maneras de mejorar el equilibrio en las posturas de yoga
1. Enraízate en tu respiración
Primero, vuelve a la respiración. La respiración es el puente entre la mente y el cuerpo, así que deja de intentar controlar los pensamientos dispersos y empieza con la respiración. En las posturas de equilibrio, la tendencia es contener la respiración para mantener el cuerpo quieto, pero la tensión que esto crea tiene el efecto contrario. Relájate y respira con naturalidad; cuando la respiración se vuelve constante y sin esfuerzo, la mente y el cuerpo pueden relajarse.
2. Fija la mirada
Desarrolla drishti (mirada enfocada). Dondequiera que la mirada se dirija (al maestro, a un espejo, a la persona a tu lado), la atención la sigue. En otras palabras, si la mirada es inquieta, también lo es la mente. Concéntrate en un único punto inmóvil a pocos metros de distancia, y la fuerza de tu mirada te sostendrá como una extremidad más. Cuanto más cerca esté tu punto de drishti, más estable será tu equilibrio; así que, si quieres desafiarte a ti mismo, desplaza progresivamente tu atención a un punto más lejano. El desafío definitivo para el equilibrio: cierra los ojos y concéntrate en tu interior.
3. Establece tus cimientos
Probablemente hayas escuchado la señal de "enraizarse con los pies" tantas veces que ya no la escuchas. Escúchala con la mente de un principiante: presiona firmemente con las comisuras de los pies, mientras elevas los arcos y relajas los dedos. El siguiente paso es aplicar estos mismos principios de enraizamiento/elevación de las posturas de pie a otras posturas de equilibrio. Por ejemplo, en la postura del pino, ¿enraizas con las comisuras de las manos? En la postura del barco, ¿anclas las tuberosidades isquiáticas? ¿Sientes la amplitud y la sensación de elevación entre las raíces al explorar la base de las diferentes posturas? ¿Qué cambia al pasar de la postura del perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana) a la versión con una sola pierna? ¿O de la postura de la montaña (Tadasana) a la postura del bailarín (Natarajasana)? ¿Qué permanece igual?
4. Comprueba tu alineación
A medida que practicas, obsérvate para detectar desalineaciones. La anatomía es un juego de dominó. Por ejemplo, torcer las caderas en Vrksasana (Postura del Árbol) para elevar la pierna o desplazar la rodilla más hacia un lado (es decir, simular una rotación inexistente) desequilibrará la columna vertebral, las caderas, los muslos, las rodillas, etc. Hasta que puedas percibir internamente cuándo tu alineación está desalineada, utiliza señales externas: los puntos frontales de la cadera (EIAS o espina ilíaca anterosuperior); la parte superior de las caderas (cresta ilíaca); la plomada de las orejas, los hombros, las caderas, etc. Si tienes lesiones o afecciones crónicas que afecten tu equilibrio, consulta con tu profesor sobre modificaciones, accesorios o posturas terapéuticas.
5. Fortalece el core
Si los músculos del core están débiles, no sostendrán adecuadamente las piernas ni los brazos en una postura de equilibrio. Activar mula bandha y uddiyana bandha activará el core para proporcionar mayor estabilidad en tus posturas de equilibrio.
6. Sé amable
Por último, practica la autocompasión. Dado que el equilibrio es un estado interior, puede cambiar de un día para otro, o incluso durante una práctica de asanas. Sé paciente y persistente, pero no te apegues. Es decir, apunta alto, pero no te aferres a la idea de lograr la postura perfecta. Cuanto más te esfuerces por ser perfecto, más lucharás internamente y más inestable se volverá tu equilibrio. La perfección es una de las mayores paradojas del yoga. Reconciliar la diferencia entre lo que es y lo que deseamos es una de las lecciones más importantes que nos enseñan las posturas de equilibrio.
7. Practica la ligereza
No tengas miedo de tambalearte, caerte o usar las manos. Sé humilde y aprende a reír cuando te salgas de una postura de equilibrio. Además, tómate tu tiempo y disfruta de ir un poco más despacio hacia la postura. ¡Quizás incluso comiences con una variación menos avanzada antes de alcanzar la expresión completa de la postura!
8. Sigue practicando
Es fácil sentirse agotado y desanimado después de una clase de yoga en la que te sales repetidamente de cada postura de equilibrio. Si bien la progresión en el yoga no siempre es un camino directo y ascendente, la práctica constante y continua es el único método confiable para fortalecer la práctica del equilibrio.
¿Cómo va tu práctica de equilibrio?
¿Qué has notado o descubierto sobre cómo encontrar el equilibrio durante una clase de asanas? ¿Cuáles son tus desafíos actuales? ¿Has probado alguno de los consejos anteriores para mejorar tu equilibrio? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario