Yoga caminando: definición, beneficios y consejos profesionales
¿Qué es el yoga caminando?
El yoga caminando es una combinación relajante de movimiento consciente, ejercicios de respiración, asanas y meditación. Su objetivo es estar presente en el momento presente, profundamente consciente del entorno, las sensaciones corporales y la respiración, mientras se camina. Suele incorporar posturas sencillas al principio para calentar y estirar suavemente los músculos de las piernas y la cadera, y puede incluir pausas durante la caminata o finalizar la sesión con posturas adicionales. Puedes practicar yoga caminando de forma individual o en grupo.
Beneficios del yoga caminando
La principal ventaja del yoga caminando es que añade cardio a tu rutina de yoga o introduce estiramientos suaves y atención plena a tu rutina de caminatas. Aquí tienes otros maravillosos beneficios:
Reducción del estrés
El yoga es famoso por su capacidad para calmar la mente y reducir la tensión física y el estrés. Caminar conscientemente te anima a bajar el ritmo y concentrarte en tu respiración, tu cuerpo y el mundo que te rodea. Esta combinación funciona de maravilla para reducir el estrés, la preocupación, la rumiación y la ansiedad. Me encanta cómo incluso una caminata corta o una práctica rápida de asanas me deja con los pies en la tierra, centrada y tranquila.
Mejora la condición física
Combinar caminar con posturas de yoga es un excelente ejercicio de bajo impacto. Caminar fortalece la salud cardiovascular y la fuerza de la parte inferior del cuerpo, mientras que las asanas mejoran la flexibilidad, el equilibrio y la vitalidad: ¡una combinación beneficiosa para mejorar la condición física y la resistencia! También puedes incorporar pesas en las muñecas o tobillos para quemar más calorías y ayudar a controlar el peso.
Mejora la salud mental
El yoga caminando es una excelente manera de mejorar la concentración, la claridad mental y la claridad mental. La práctica regular mejora la función cognitiva, la retención de la memoria, el estado de ánimo y la salud mental en general. Caminar al aire libre potencia aún más estos beneficios.
Conexión con la Naturaleza
Las investigaciones demuestran que pasar tiempo en la naturaleza reduce los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol, y la ansiedad. Incluso breves encuentros con la naturaleza pueden regular el sistema nervioso simpático[4]. Estar en contacto con la naturaleza se asocia con un aumento de las emociones positivas, una disminución de las negativas y una mayor sensación de bienestar[5]. Mejora la atención, la memoria y la flexibilidad cognitiva[6]. Pasar tiempo en la naturaleza ayuda a reducir la presión arterial y mejora el funcionamiento del sistema inmunitario.
Conexión con la Comunidad
Cuando se practica en grupo, el yoga caminando ofrece oportunidades para la conexión social. Aumentar la interacción social puede ayudar a reducir los niveles de estrés, disminuir el riesgo de depresión, disminuir la ansiedad y mejorar la autoestima y el sentido de propósito. También se ha demostrado que mejora la memoria y reduce el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
Impulsa la Creatividad
Caminar es una excelente manera de impulsar la resolución de problemas y las ideas creativas. Añadir algunas asanas a la mezcla despeja el estrés mental y la confusión, para que la inspiración y las nuevas ideas fluyan libremente. Promueve un mejor sueño
Una caminata de yoga al atardecer es una forma relajante de terminar el día. Esta combinación de actividad física y técnicas de relajación ayuda a regular el sistema nervioso, reduciendo los niveles de cortisol y aumentando los efectos de la melatonina, la hormona del sueño.
Favorece la salud articular
El movimiento suave combinado con estiramientos y posturas conscientes mantiene las articulaciones lubricadas, mejora la amplitud de movimiento y reduce la rigidez. Esta práctica será especialmente beneficiosa para mantener la movilidad y aliviar las molestias causadas por la edad o el sedentarismo.
Consejos para practicar yoga caminando:
Si te interesa la tendencia del yoga caminando, aquí tienes algunas recomendaciones para sacarle el máximo partido. No hay reglas estrictas; experimenta hasta encontrar la que mejor te funcione.
Elige tu ruta conscientemente
Selecciona un camino tranquilo (parques, senderos naturales o calles tranquilas) que funcione mejor para caminar conscientemente. Las rutas urbanas son adecuadas si son seguras y están libres de distracciones u obstáculos excesivos. Busca aceras que sean fáciles de transitar. Empieza poco a poco
Empieza con sesiones más cortas, de unos 15 a 30 minutos. Puedes aumentar la duración poco a poco a medida que te sientas más cómodo y listo para un mayor desafío.
Adáptate a tu nivel de energía
Escucha a tu cuerpo y ajusta la intensidad de tu práctica de yoga caminando según tu nivel de energía. En días con más energía, puedes aumentar el ritmo, elegir una ruta más larga o añadir posturas más desafiantes. Si te sientes fatigado, puedes optar por ir más despacio, caminar una ruta más corta o practicar posturas más suaves.
Vístete adecuadamente
Elige telas transpirables que absorban la humedad y que permitan un rango completo de movimiento. Vístete con varias capas para empezar abrigado y cómodo, y ajústala según cambie la temperatura. Usa zapatos cómodos para caminar con buen soporte para el talón y el arco. Si caminas al aire libre, considera usar sombrero, gafas de sol y protector solar.
Incorpora ejercicios de respiración
Establece un ritmo de caminata que permita una respiración diafragmática lenta. Esto activa el sistema nervioso parasimpático para calmar la mente. Intenta sincronizar tu respiración con tus pasos. También puedes probar otras técnicas de respiración yóguica, como la respiración del sonido del océano para bloquear las distracciones auditivas o la respiración de fuego para calentar y energizar el cuerpo.
Pausa para las posturas
Encuentra un momento durante tu caminata para hacer una pausa y practicar posturas de pie u otras asanas accesibles que no requieran una esterilla de yoga. Después de completar una parte desafiante de tu ruta, detenerte para respirar y estirarte puede ser gratificante. La postura del árbol, la del guerrero II, la del triángulo y la de la pirámide son excelentes opciones para aumentar la flexibilidad y la fuerza. Si hay un banco cerca, aprovéchalo para meditar sentado o hacer algo sencillo.
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