Yoga Sadhana: la práctica hace al maestro
Cualquiera que observe eventos deportivos profesionales no puede evitar sentirse inspirado por la dedicación de los atletas a la perfección. Todos sabemos que han llegado hasta donde están a través del trabajo duro y la práctica, práctica, práctica. Como yoguis, estamos familiarizados con la importancia de la práctica. En sus Yoga Sutras (I:12), Patanjali afirmó que la práctica, o abhyasa, era una de las dos formas de calmar las olas de la mente. Esto hace eco de la instrucción de Krishna a Arjuna en el Bhagavad Gita (VI:35).
Al igual que abhyasa, sadhana a menudo se traduce como práctica, pero connota algo más. Sadhana es una práctica diaria de yoga dedicada con la búsqueda de la perfección. Yogi Bhajan solía decirles a sus estudiantes que se necesitaban 40 días para cambiar un hábito o adoptar uno nuevo, y que a través de la sadhana, "puedes cambiar tu destino". Esta búsqueda o viaje inspira a algunos yoguis a completar una formación de maestros o a ir de retiro. Pero podemos emprender el viaje de la sadhana sin salir de casa, si fijamos una intención, nos comprometemos a ella y la llevamos a cabo con una práctica diligente.
Antes de comenzar una sadhana de 40 días, crea una estructura que la sustente. ¿Cuál es tu objetivo? Quizás quieras establecer una práctica diaria de meditación o asana, o trabajar con un problema específico, como un hábito perjudicial o un desafío físico.
Una vez que hayas identificado un objetivo, decide qué práctica o prácticas te ayudarán a alcanzarlo. Por ejemplo, puedes comenzar tu sadhana diaria cantando para limpiar tu espacio físico y energético, luego continuar con saludos al sol y cerrar con pranayama y meditación.
Reserva un momento específico del día para la sadhana. Justo antes del amanecer es ideal. Este es el momento de vata, el dosha asociado con la luz, el movimiento y la sutileza, cuando las prácticas yóguicas pueden “aterrizar” profundamente. Las mañanas son tranquilas y tu mente aún no ha sido atrapada por las preocupaciones del día.
Selecciona un espacio. Si todavía no tienes un espacio en casa para hacer asanas o meditar, reserva un lugar que te resulte inspirador. El espacio debe estar limpio y acogedor, sin desorden, corrientes de aire, teléfonos que suenen, etc.
Delinea tu rutina y haz que sea fácil de seguir escribiéndola para que no tengas que tomar decisiones una vez que la práctica esté en marcha. Las decisiones involucran a la mente; intenta que tu sadhana sea tan natural e ininterrumpida como la respiración. De manera similar, invierte en un cronómetro. No tiene que ser sofisticado, siempre y cuando no haga tictac hasta distraerte. Un cronómetro te libera de la necesidad de mirar el reloj.
Considera sellar tu sadhana escribiendo un diario sobre ella después. ¿Qué notaste, no solo durante la práctica, sino a lo largo del día? Hacer esto te ayuda a fortalecer tu visión interna y entrena la mente para observar sin apego, o vairagya.
A medida que tu sadhana progresa, es posible que te sorprendas con beneficios inesperados. Es posible que te sientas más relajado y con más energía. Los antojos pueden perder el control de tus pensamientos. Te sientes arraigado durante todo el día. La sadhana se convierte en una piedra de toque que llevas contigo y sus efectos se extienden a todas las áreas de tu vida.
¿Tienes una sadhana diaria? ¿Cómo te ha beneficiado?
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