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viernes, 22 de diciembre de 2023

La dieta del yogui

 

La dieta del yogui

El yoga también tiene en cuenta la alimentación, pues influye tanto sobre el funcionamiento de la mente como sobre el cuerpo.
Los yoguis practican ejercicios físicos y técnicas respiratorias para mantener el bienestar físico y alcanzar un mayor desarrollo espiritual. Lo que mucha gente no sabe es que también tienen en cuenta su alimentación, pues los alimentos influyen tanto sobre el funcionamiento de la mente como sobre el cuerpo.
Según la sabiduría hindú tradicional, todos los elementos de la realidad, alimentos incluidos, poseen en menor o mayor medida tres cualidades esenciales llamadas gunas, que son satva (amor, equilibrio, pureza), rajas (actividad, pasión) y tamas (apatía, inercia).
Las características mentales de una persona también pueden juzgarse según las gunas y resultan estimuladas o compensadas por el tipo de alimentos que se ingieren.
La dieta yóguica ideal se centra en los alimentos con predominio del guna satva, indicados para nutrir la mente pues aportan equilibrio anímico, serenidad, capacidad de concentración y lucidez.
La dieta yogui es lactovegetariana pues se consideran alimentos sátvicos las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los frutos secos, los cereales y los productos lácteos, cuanto más frescos mejor.
Los huevos, la carne y el pescado no se consideran convenientes por razones de índole ética, espiritual y de salud.
El acto de comer también debe ser cuidado. Hay que saborear los alimentos —a través de los sabores se adquiere de ellos información valiosa—, masticarlos e ingerirlos lentamente para favorecer una buen digestión.
Los yoguis insisten en la importancia de no saciarse y para ello ofrecen una regla general: llenar la mitad del estómago de comida, una cuarta parte con agua y dejar libre el cuarto restante. Según las tradiciones hindúes, la cena conviene que sea ligera y cada cierto tiempo (una o dos semanas) es recomendable ayunar durante un día para dar descanso al sistema digestivo.

Los tres tipos de alimentos, según el yoga

Alimentos sátvicos
Estimulan la calma y la claridad mental, el estado de ánimo es estable y los sentimientos puros. Son las frutas bien maduradas, la leche y sus derivados frescos, los cereales, las verduras, los frutos secos, las legumbres, la miel, el aceite virgen de oliva y el agua pura. Estos alimentos deben tomarse crudos o cocinados sin exageración. Si se toman con prisas o demasiado calientes o fríos adquieren cualidades rajásicas. Por otra parte, las combinaciones han de ser sencillas, sin refinamientos ni productos exóticos.

Alimentos rajásicos
Proporcionan energía física y fuerza de voluntad, pero también excitan el sistema nervioso y favorecen la dispersión o la imaginación desbocada. También fomentan las relaciones personales dominadas por las emociones. En los casos de desgana se recomienda tomar algunos alimentos rajásicos a modo de estimulantes suaves. Son los pescados y las carnes de animales salvajes, recién cazados, los huevos frescos, el café, el té, el tabaco, las bebidas de cola, el cacao, el azúcar blanco, la sal, el ajo, la cebolla, los rábanos, las comidas muy especiadas, el pan blanco y la bollería.

Alimentos tamásicos
 Favorecen la pereza, la depresión y la irritación por impotencia. Son los alimentos en que los componentes más sutiles han desaparecido porque han perdido su frescura, han sido recalentados o muy manipulados. Componen este grupo el pescado y la carne de animales muertos hace días, las setas, los quesos curados, en especial los azules, los alimentos fritos con demasiado aceite, la fruta demasiado madura o verde, el vinagre y las conservas. Son alimentos relacionados con las enfermedades degenerativas (obesidad, artritis, úlceras, cáncer...). Comer cualquier alimento en exceso es tamásico.
Tomado del Correo del Sol.
Namaste






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