¿Qué es el Yoga en Silla?
El yoga en silla es una forma de hatha yoga tradicional que utiliza una silla como apoyo. Facilita las posturas de yoga tradicionales, ya sea sentado o de pie. Incorpora los elementos fundamentales del yoga tradicional: respiración, posturas físicas y atención plena, eliminando la necesidad de levantarse y acostarse del suelo.
Sentado en una silla, puedes practicar estiramientos sencillos y giros suaves que mejoran la flexibilidad y la fuerza. Al usar una silla como apoyo en las posturas de pie, puedes mejorar el equilibrio, la fuerza y la estabilidad.
¿Quién se beneficia del Yoga en Silla?
A diferencia de la práctica tradicional de asanas, que suele requerir mucha flexibilidad, equilibrio y fuerza, el yoga en silla es muy inclusivo. Es una opción fantástica para personas mayores, personas que se recuperan de una cirugía o lesión, y quienes padecen enfermedades crónicas como la artritis o la esclerosis múltiple.
El yoga en silla es adecuado para una amplia gama de personas:
Personas mayores: Mejora la movilidad y la fuerza, a la vez que reduce el riesgo de caídas. Trabajadores de oficina: Alivia la tensión causada por estar sentado durante períodos prolongados.
Personas con movilidad reducida: Crea una opción inclusiva para quienes tienen discapacidades o dolor crónico.
Sanación y recuperación: Favorece la recuperación tras una enfermedad o cirugía.
Principiantes: Ofrece una introducción al yoga menos intimidante.
Orígenes y evolución
BKS Iyengar, uno de los maestros de yoga más influyentes del siglo XX, fue reconocido por desarrollar y estandarizar la aplicación de accesorios en la práctica moderna de asanas. Como estudiante con problemas de salud, Iyengar experimentó los desafíos de dominar asanas avanzadas con capacidad física limitada. Su afán por enseñar yoga a todos lo llevó a utilizar sillas, bloques, cinturones, ladrillos y otros accesorios para sujetar el cuerpo en las asanas.
Lakshmi Voelker-Binder desarrolló el yoga en silla como una práctica independiente en 1982. Para apoyar a una estudiante con artritis, desarrolló una secuencia de posturas que se podían practicar en una silla. Esto le permitió a su estudiante disfrutar de los beneficios del yoga a pesar de sus limitaciones físicas. Lo que comenzó como una solución para una estudiante se convirtió en algo mucho más grande. El desarrollo y la dedicación de Voelker-Binder a la enseñanza del yoga en silla propiciaron su rápida evolución y popularidad mundial. Su trabajo complementó el enfoque de Iyengar basado en accesorios, ya que ambos buscaban hacer el yoga más accesible para personas con diferentes capacidades físicas.
Beneficios del Yoga en Silla
El yoga en silla ofrece una vía para mejorar la calidad de vida de personas de todas las capacidades y edades. Esta práctica accesible ofrece numerosos beneficios físicos, mentales y sociales, y requiere un equipo mínimo: ¡solo una silla!
Beneficios Físicos
Mayor Flexibilidad y Rango de Movimiento: Los estiramientos suaves y conscientes aumentan la movilidad y la estabilidad articular.
Mayor Fuerza y Tonicidad Muscular: Las posturas de resistencia con el peso corporal ayudan a tonificar los músculos y a desarrollar la densidad ósea.
Mejora la Circulación y la Movilidad Articular: Los movimientos de rango de movimiento promueven un flujo sanguíneo saludable y la lubricación articular.
Reducción del Riesgo de Caídas: Usar una silla para las posturas de equilibrio promueve la conciencia corporal, la concentración, la fuerza y el equilibrio, lo cual es un gran beneficio para los adultos mayores, ya que ayuda a reducir el riesgo de caídas.
Alivio del Dolor Crónico: Los movimientos lentos y suaves y las técnicas de respiración profunda pueden aliviar las molestias causadas por afecciones como la artritis y el dolor de espalda[4].
Mejor Postura: Fortalecer los músculos de la columna vertebral y aumentar la conciencia de la alineación mejora la postura. Beneficios mentales y emocionales
Reducción del estrés: La respiración profunda combinada con el movimiento consciente calma el sistema nervioso y reduce los niveles de estrés.
Mejora del estado de ánimo: La práctica constante libera endorfinas, lo que ha demostrado reducir la depresión y la ansiedad, además de mejorar el bienestar general.
Mejora de la atención plena: La consciencia del momento presente durante la práctica puede extenderse a la vida diaria.
Mejor sueño: Las técnicas de relajación profunda mejoran la calidad del sueño y contribuyen a noches más reparadoras.
Beneficios sociales
Conexión social: Las clases grupales de fitness facilitan el encuentro con otras personas con intereses y habilidades similares.
Consolidación de la comunidad: Compartir experiencias fomenta la amistad, la pertenencia y la conexión.
Consejos de práctica
Hay algunos consejos importantes para que la práctica de yoga en silla sea más segura y efectiva. Estas pautas pueden ayudarte a ganar confianza, prevenir lesiones y disfrutar mejor de todos los beneficios de tu práctica.
- Elige la silla adecuada
- Selecciona una silla resistente con un asiento plano y un respaldo con un ángulo cercano a los 90 grados.
- Busca un soporte firme. Un acolchado demasiado mullido dificultará el equilibrio y el control.
- Evita las ruedas a menos que se bloqueen de forma segura.
- Elige una silla sin brazos para mayor libertad de movimiento.
- Considera usar una esterilla de yoga debajo de la silla para una máxima estabilidad.
Consideraciones de seguridad
- Escucha a tu cuerpo y modifica las posturas según sea necesario.
- Muévete despacio y nunca presiones hasta sentir dolor.
- Practica en superficies antideslizantes.
- Retira los obstáculos de tu zona de práctica.
- Consulta a tu profesional de la salud si tienes alguna inquietud médica.
Ritmo e intensidad
- Comienza con movimientos suaves y transiciones lentas para desarrollar confianza, fuerza y amplitud de movimiento.
- Ajusta el ritmo a tu condición física y nivel de comodidad. Exigirse demasiado o apresurarse al realizar las posturas puede ser perjudicial y generar contratiempos.
- Evite cualquier postura que le resulte insegura o incómoda.
- Cambie de postura de forma lenta y controlada para evitar mareos o pérdida de equilibrio.
- Aumente la intensidad gradualmente a medida que mejore su fuerza, consciencia y flexibilidad.
- Incorpore descansos según sea necesario para prevenir la fatiga y mantener la concentración.
- Use su respiración como guía: si no puede mantener una respiración profunda, constante y tranquila, modifique, deténgase o reduzca el ritmo.
- Si siente dolor después de una práctica, descanse de 1 a 3 días antes de volver a practicar o realizar cualquier actividad física que pueda aumentar el dolor.
- Una vez que se sienta cómodo con los fundamentos, considere progresar comprometiéndose con un reto de yoga en silla.
Pautas básicas
- Use ropa cómoda y holgada que permita libertad de movimiento.
- Quítese cualquier joya o accesorio que pueda interferir con el movimiento.
- Evite las comidas pesadas al menos 1 o 2 horas antes de la práctica para evitar molestias. Usa accesorios opcionales como bloques de yoga, correas o almohadas pequeñas para apoyar las posturas y aumentar la comodidad.
- Practica en un espacio tranquilo y sereno para fomentar la concentración y la relajación.
- Ten una botella de agua cerca para mantenerte hidratado durante y después de la práctica.
- Comienza cada práctica con algunas respiraciones diafragmáticas profundas para centrar la mente.
- Si practicas en grupo, informa al instructor sobre cualquier lesión o limitación antes de que comience la clase.
- Termina cada sesión con una breve relajación o meditación para absorber todos los beneficios y calmar el sistema nervioso.