Sobre la filosofía del yoga: enseñanzas del yoga

Yoga atha anushasanam.

Empieza a leer el primer sutra de la guía del yoga de Patanjali, el Yoga Sutra, que cuenta con 2000 años de antigüedad. Quizás se trate de uno de los más famosos textos de la literatura espiritual hindú, pero la mayoría de los alumnos, incluso los más aplicados, y con la intención de profundizar cuanto antes en los caminos de las enseñanzas, se saltan la primera palabra "ahora" (atha, pronunciado ah-tah) sin pensárselo dos veces.
Pero una de las características distintivas del Sutra es la brevedad, así que la palabra atha está ahí por un buen motivo. Está para captar tu atención: estoy preparado para aprender lo que Patanjali dice, así que escucha. Atha también enfatiza el valor de aquello en lo que estás a punto de profundizar. En la actualidad, puedes sumergirte en el Yoga Sutra cuando lo desees, para luego abandonarlo hasta la próxima ocasión, pero antiguamente tener acceso a él no era tan sencillo. El estudio del yoga clásico era algo muy serio, que requería un compromiso. En algún momento, el profesor determinaba que el novicio estaba "atah", "ahora", cualificado para recibir instrucción. Tenía que ser un momento de suma alegría para los estudiantes, que dejaban atrás sus identidades de siempre para asumir un nuevo papel como aspirantes espirituales. Para los yoguis modernos, atha es el susurro del recuerdo de que las enseñanzas del yoga proceden de un tiempo ancestral y nos conducen a él, más presente ahora que nunca. Antes de empezar tu siguiente práctica, permanece en silencio y mira si te conduce al presente. Si eres realmente afortunado, sentirás las palabras de Patanjali: "Las capas e imperfecciones que disimulan la verdad son eliminadas y queda al descubierto tu auténtico yo".
Quédate aquí y ahora.
Seguramente, el profesor te pida con frecuencia en sus clases que cantes en sánscrito, pero no pasa nada por hacerlo en castellano, si las palabras carecen de significado para ti. Siéntate con la espalda recta, cierra los ojos y siente tu respiración. En cada exhalación, di la palabra "ahora", haciendo hincapié en la última "a". Siente como queda suspendido el momento presente, a medida que pasa el tiempo.
Namaste.